DISCIPLINA POSITIVA: UN CAMBIO DE MIRADA

Llevaba tiempo queriendo realizar esta entrada dedicada a la Disciplina Positiva, ya que desde que allá por el año 2019 entré en contacto con ella ha supuesto un antes y un después en mi forma de abordar la educación tanto a nivel familiar como a nivel docente. Siempre deseosa de abrir nuevos horizontes a nivel personal, tuve la gran suerte de que fuera Marisa Moya la que me hiciera descubrir una nueva forma de ver las cosas y dotarme de un gran abanico de herramientas que han llenado mi "mochila educativa".

  

Pero ¿qué es la Disciplina Positiva? Para nada es algo nuevo ni es una moda, es un modelo educativo basado en la psicología de Alfred Adler y Rudolf Dreikurs y que años más tarde le darían impulso Jane Nelsen y Lynn Lott  dándolo a conocer como una forma de educar en la que la firmeza y el cariño están en constante equilibrio. Dar aliento y fomentar el respeto se convierten en grandes pilares que tienen como objetivo echar por tierra creencias y modelos tradicionales de crianza y que hemos ido aprendiendo a lo largo de nuestra vida.

Todo esto cuesta un poco asimilarlo y cuando se entra en un taller de Disciplina Positiva nadie está preparado para darse cuenta de que hay cosas que siempre se creían efectivas a la hora de educar, pero que en realidad poco pueden hacer para mejorar o corregir conductas en nuestros hijos/as o alumnos/as. Esto se debe a que el foco de nuestra atención debemos dirigirlo hacia nosotros, somos los adultos los que debemos cambiar si queremos que todo a nuestro alrededor cambie y es por ello que cada pasito que se da cuenta. 

En todos los talleres que realizo de introducción a la Disciplina Positiva junto a mi compañera y amiga, Inmaculada Pérez, son talleres prácticos y muy dinámicos donde las familias empatizan unas con otras, ya que se dan cuenta de que casi todas comparten los mismos problemas y que siempre suelen dar similares respuestas para su solución. Es por ello que en ellos se les proporciona diversas herramientas que les servirán para ponerlas en práctica en las diferentes situaciones que se les presente.

A nivel de aula, también llevo un programa de Disciplina Positiva con el fin de crear un clima agradable donde nos sintamos a gusto favoreciendo dinámicas y formas de resolución de conflictos variadas basadas en el respeto y en la escucha activa. ¿Es efectivo? ¿Se notan los resultados? Sí, se notan, pero no surgen de la nada si no que se van recogiendo poco a poco con trabajo constante y cotinuado. Todo lleva su tiempo.

En nuestros talleres siempre favorecemos el diálogo y el intercambio de opiniones entre las familias creándose un espacio donde podemos aportar y expresar nuestras emociones. Nada es más importante que la infancia y tratar de aprender a conectar con ella, sólo así podrán convertirse el día de mañana en personas felices y que aporten a la sociedad. 

La conexión con ellas se hace mayor cuanto más compartimos y es verdad, que siempre me emociona salir de los talleres sabiendo que hemos sembrado una pequeña semilla que seguro germinará con paciencia y con mucho amor.

Aprender a llenar nuestra "caja de herramientas" es el objetivo de estos talleres. No existen los milagros ni las fórmulas secretas ni en la crianza de nuestros hijos/as ni en un grupo de clase. Pero tengo la certeza de que cuanto más lleno esa caja, estoy segura de que voy por buen camino y con la confianza de que lo estoy haciendo cada vez un poco mejor. Por ello recomiendo a todo el mundo a que se introduzca en alguno de estos talleres y descubra que hay otra manera de educar mucho más respetuosa y más efectiva que los imples castigos y recompensas. 

Tras esta entrada espero haber acercado un poco más la Disciplina Positiva a todo lector o lectora que haya dedicado una pequeña parte de su tiempo a su lectura. Sin embargo, nada de lo que se escriba aquí se acerca a vivenciar uno de estos talleres. 

En el margen del blog dejo un cuestionario por si la curiosidad os ha dejado con ganas de aprender más y conocer más a fondo esta forma de educar. Tanto mi compañera Inmaculada Pérez como yo estaríamos muy contentas de hacerlo posible.