SENTIR Y APRENDER

A lo largo de todo el proyecto que hemos realizado llamado "¿Qué cosas tienen mis abuelos!" ha habido tareas con tanto contenido y tan motivantes que merece la pena dedicarles una entrada especial dentro del blog. En este proyecto hemos relacionado el cuidado y el conocimiento de nuestro cuerpo con una de las etapas de la vida más entrañable y que merece la pena dar toda la importancia posible: La Tercera Edad o como a mi me gusta llamarles "Los adultos mayores".

Con este proyecto he intentado que los alumnos vivencien, experimenten y aprendan haciendo, ya que sólo así todo se retiene mejor y les va a servir para usar lo aprendido en situaciones reales de su vida, que es lo que en verdad se pretende. Aprendizajes memorables para formar a alumnos competentes.

Con estas actividades pretendía iniciarlos poco a poco en un viaje sensorial que les condujera a una tarea final significativa y en la que todos nos involucráramos sin ningún tipo de barrera ni miedo. Mi clase ya está acostumbrada al factor "sorpresa" y nunca sabe que sucederá entre las cuatro paredes del aula antes de que toque la señal para irnos a las 2, creo que eso hace que todo se espere con un alto nivel de motivación y emoción que determina el grado de consecución de los aprendizajes de forma brutal. Y en este caso no iba a ser menos.

                              ¿Cómo se llegó a todo esto?     

- Primeramente, con material reciclable hicimos unos ojos y unas manos muy especiales. Ya que estábamos estudiando los sentidos, nos vino genial para poner creatividad a todo ello. Usamos cartones de huevos, pintura y un palillo para pegarlo en el cartón y poder colocárnoslos en nuestra cara. Las manos tenían un fin más concreto, ya que pedí que se las llevaran a casa para poder pegarles cualquier textura que encontraran y así poder usarlas en clase para nuestras relajaciones. Tener una gran variedad de ellas multiplica las posibilidades de uso, desde adivinar que nos está tocando a ampliar nuestro vocabulario relacionado con las texturas como suave, rugoso, áspero, etc. 

         Así quedaron nuestros trabajos. Muy contenta con todos ellos.

- Tras la fabricación de estos artefactos, tocó el gran día en el que abrimos las puertas del aula a la emoción y a la concienciación corporal de la mano de una de las mejores profesionales que trabaja este tema maravillosamente y con mucho corazón. María Bascón nos ofreció una magistral clase en la que nos enseñó como podíamos trabajar la postura, a mejorar nuestras técnicas de respiración y nos abrió la mente con una estupenda sesión de relajación. Fue todo un lujo contar con ella y comprobar como ellos, ya acostumbrados a este tipo de prácticas, apenas tuvieron problemas para meterse dentro de la clase y disfrutarla en toda su plenitud. Lo pasamos realmente bien. 

- Llegados a este punto, comenzaría nuestra tarea final que consistió en usar nuestras manos sensoriales por equipos en una sesión de relajación muy intensa. Repartimos cuatro por mesa y cada cinco minutos íbamos rotando para que cada uno tuviera la oportunidad de sentir cuatro texturas en diferentes partes del cuerpo. Es extraordinaria la organización que ellos mismos realizaron estableciendo los turnos y respetando el hacer sentir a sus compañeros bien mientras les tocaba tumbarse en la mesa. Nuestro trabajo emocional a lo largo de todos estos meses ha dado ya sus frutos y ahora es cuando los estamos recogiendo. Verles disfrutar juntos en un bonito ambiente de armonía y de respeto es el objetivo de todo lo que hacemos. 

Nuestra relajacíón con manos sensoriales

- Para finalizar nuestra tarea, acabamos con la relajación para dar paso al objetivo principal de todo este recorrido y era conocer la colocación de nuestros huesos, músculos y articulaciones en nuestro cuerpo. Con este fin, sorteamos a nuestro "modelo" para que nos sirviera para dibujar su silueta en el papel y una vez dibujado, todo el equipo debía señalar donde se encontraba todo lo que yo iba nombrando. Fue estupendo verlos dibujar y preguntarse unos a otros cuando había dudas, haciendo que nuestro repaso del aparato locomotor fuera toda una experiencia.

Aquí, por fin, nuestras maravillosas siluetas con todo lo que aprendimos. Es un gusto para los sentidos, verlos trabajar contentos y con ilusión y lo mejor de todo, a través del juego, algo que no se debería perder cuando pasan la etapa de Infantil. Los niños son niños y en su naturaleza lleva impreso el sello de "Jugar", eliminarlo de nuestras clases hace que nos perdamos momentos únicos y mágicos que recordarán durante toda su vida. Y por supuesto yo, me lo paso casi o mejor que ellos.