EVALUANDO CON CORAZÓN


Después de muchos años en esta profesión, he de confesar que la evaluación es la parte que menos me gusta llevar a cabo en todo este proceso de enseñanza aprendizaje. Es la parte en la que decides si durante el trimestre o curso escolar, los alumnos han logrado superar los criterios establecidos o si por el contrario se han quedado a medio conseguir o no se han conseguido. Dependiendo de esos números etiquetamos y establecemos la calificación de tú sabes más y tú sabes menos, cosa que no es nada cierta, porque el que sabe menos, sabe menos todavía. Mañana quizás las cosas no sean iguales.

 A lo largo de muchos meses, nosotros mejor que nadie conocemos como se suceden estos logros y cuales son las dificultades que cada alumno encuentra para adquirirlos, ya que cada uno de ellos tienen su propio ritmo de aprendizaje. No se pueden forzar las cosas, todo se consigue a su debido tiempo y a mi me gusta pensar en el poder del "Todavía" o del "Aún no", tal y como lo explica la prestigiosa profesora y psicóloga Carol Dweck o Chema Lázaro, maestro de Educación Primaria, experto en Neurodidáctica y ganador del Premio Nacional de Educación en 2013.








Con el tiempo, he ido evolucionando y me he replanteado mucho este tema. He modificado mi forma de ver los errores y he aprendido a respetar a cada persona tal y como es, sin esperar que sea como yo quiero que sea. Es por ello que mi evaluación se ha hecho mucho más humana, aunque luego sean números los que vayan en un boletín, ya que no nos queda más remedio que hacerlo así por cuestiones meramente burocráticas. He comprendido que las personas aprendemos de muchas formas diferentes y que respetar esa forma es primordial para hacer que la evaluación no se convierta en algo frío y vacío de significado. He logrado ver más allá de las calificaciones y he comprobado que cuando animas a las personas y emocionalmente están contentas el poder del "todavía" se intensifica. Les estamos dando la posibilidad de que siga intentando las cosas, que no abandonen porque tarde o temprano lo van a conseguir, y ahí es donde nuestra evaluación cobra sentido.

Todo este cambio, lo he intentado llevar a todos los trimestres de este curso escolar. Mis notas oficiales han ido acompañadas de "mis otras notas", esas otras notas que han valorado primero a las personas y por eso quizás, sean las que más cuenten. El que se sientan queridos, valorados y que saquemos de ellos lo mejor, es nuestra principal labor como docentes.

Ya el Profe Ramón (@Profe_RamonRG), compañero del maravilloso claustro que se ha formado de manera paralela en las redes, fue pionero en esta forma de evaluar y nos abrió los ojos para ver lo que los números no son capaces de valorar. Así, ya en el primer trimestre comencé esta doble evaluación, o como queráis llamarla, destacando algunos aspectos de mis alumnos desde el punto de vista emocional con un simple presente, un lápiz con una frase positiva, de esas que tanto me gustan a mi y que nos han acompañado durante todo el curso y una evaluación muy resumida de nuestros grandes momentos o vivencias en clase. Nuestro "Buzón emocional" ha cumplido una función importante en todo esto, ya que allí colocaba todo sin que ellos lo vieran y cuando iban a buscarlo la sorpresa era mayúscula. Ninguno se esperaba lo que allí iba a encontrar y fue todo un lujo acompañarles en la lectura de esas "otras notas".




Al finalizar el segundo trimestre me atreví a valorar su persona y como les veía a través de mis ojos, ya que les conocía mucho mejor y podía dar una información más completa. Para ello, con unas fotos de la fiesta de carnaval del cole y con una herramienta web llamada Bighugelabs, hice unas cartas con "superpoderes" que todos leyeron subidos a nuestra "Silla de las quejas y agradecimientos" y ataviados con una capa para que se sintieran importantes. Leer en alto lo que piensan otros de ti es muy importante, de esta forma, potenciamos otro tipo de evaluación que es la evaluación de la persona, de lo bueno que cada uno encierra y que a veces, por centrarnos en otras cosas apenas vemos o valoramos. Fue muy emocionante y su cara de felicidad fue indescriptible, eso es lo que merece la pena.


Una vez más nuestros buzones emocionales fueron vitales para esta experiencia y recoger lo que escondían nuestros sobres se convirtió en pura expectación y sorpresa. Con el correo en nuestras manos, era el momento de decirle a todos los grandes que somos y las maravillosas personas que llevamos dentro.

Nuestra silla preparada




Por último en el tercer trimestre, nuestras notas particulares venían en forma de "Deberes veraniegos". Después de tanto esfuerzo y trabajo se merecían que alguien les recordase que tenían que descansar y dedicarse a hacer lo que hacen todos los niños y niñas, que es jugar y disfrutar de pequeñas cosas que muchas veces están privadas por las prisas y por los horarios durante todo el curso escolar. También les di un pequeño vale por unas merecidas vacaciones, ya que se las habían ganado con creces. Por supuesto, se sorprendieron cuando estos deberes no se correspondían con los deberes normales y les gustó muchísimo.
 
                        

 
Todos estos pequeños detalles no cuestan nada y les hace mucha ilusión, también ayudamos a que las notas oficiales, esas que llevan números y llenan boletines, no sean las que decidan lo que saben o no, porque esas notas no definen a nuestros niños/as y pueden hacer que no crean en el poder del "todavía". Otra ventaja de "las otras notas", son los momentos que se propician. Nos brindan oportunidades de cohesionar más al grupo, ya que ellos mismos se sienten más parte de la clase y les hace ver el colegio de forma diferente, no sólo como una "fábrica de suspensos o aprobados", si no un lugar donde las personas aprenden sin presión y sin miedo a los errores. Un lugar donde se les valora y se les quiere por lo que son y no por lo que puedan llegar a ser. Animo a hacer este tipo de iniciativas y redescubriréis otra forma de evaluar y otra forma de impulsar a nuestros alumnos mucho más positiva y cargada de mucho corazón.

                      Porque otra educación es posible, hagamos las cosas de forma diferente.



Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Comentarios

  1. Desde luego, estoy de acuerdo al 100% contigo María José, como tocayas que somos y como maestras con otra mirada de aprendizaje basada en la emoción del alumno principalmente para poder aprender. Las otra notas me encantan y @proferamon también. Otra educación es posible.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias, tocaya de nombre y de fascinante profesión. Me alegra saber que ya somos muchos los que estamos haciendo lo posible por cambiar el panorama y hacer las cosas de forma diferente. Gracias por comentar y seguimos siempre adelante, porque esa educación que todos queremos la vamos a lograr. Un abrazo.

      Eliminar
  2. Gran artículo, me ha encantado. Me ha dado alguna idea, intentaré profundizar más en el tema. 👏🏼👏🏼

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Gracias por tu lectura. Te animo a opinar y comentar, así me ayudas a crecer.

SÍGUEME TAMBIÉN AQUÍ

siguenos en facebooksiguenos en TwitterCanal de youtubeSígueme en Pinterest

¿PUEDO AYUDARTE EN ALGO?

Obra bajo licencia creative commons